Desde controlar una entrega de droga por el aire, hasta buscar a un desaparecido en la montaña con una cámara térmica, pasando por la detección de sustancias químicas en el aire. El uso de drones para situaciones de seguridad se ha convertido en una herramienta cada vez más demandada por los cuerpos policiales.
Entre ellos, la Policía Nacional de Zaragoza, que este lunes recibió un curso específico sobre las ventajas de estos aparatos voladores, tan restringidos en su uso particular como eficaces en casos de emergencia. “Cuando hay un desaparecido en la montaña, no solo se le puede encontrar con el dron, también se le puede hacer llegar un teléfono móvil o un paquete de primeros auxilios”, señala Tomás Fenoll, policía e instructor de Alicante de RPA (Remotely Piloted Aircraft, conocidos popularmente como drones) desplazado hasta la capital aragonesa para impartir la parte teórica del curso, organizado por el sindicato SUP.