Javier PRIETO GONZALEZ David DEL CASTILLO MIRÓN
Dicen que un año en la Comisaría de Centro vale por tres o cuatro en las demás.
Decir eso quizás pueda ofender a muchos compañeros que día a día se esfuerzan por
mantener el cumplimiento de la ley y por atender las demandas del ciudadano, en ese
sentido, en cada una de las ciudades de España donde hay una Comisaría de Policía,
pero creednos, es así.
Y es así por dos razones, la primera porque Centro es un distrito con un volumen
de trabajo ingente, un distrito donde la diversidad delictiva es tan grande que hace que
los policías que trabajan en su Comisaría “toquen” más hechos delictivos y más
variados que otros de diferentes Comisarías y eso hace que su formación sea más amplia
y abarque prácticamente todos los campos policiales.
Es un distrito con un número de población visitante que dobla a la residente, que
de día puebla sus calles en su actividad laboral o comercial y que de noche la transita
ante la tremenda oferta de ocio que ofrece, la presencia masiva de gente hace aumentar
el número de hechos delictivos y, por lo tanto, la actividad policial todavía requiere una
mayor exigencia
Y si la primera razón se ubica de puertas a fuera de la Comisaría, la segunda
reside en su interior. En unas instalaciones pésimas, vergüenza de Europa, sin renovarse
desde hace años, están los mejores corazones y las mejores tripas de la Policía. Se
combinan agentes jóvenes, con una profunda vocación y unas ganas tremendas de
trabajar, con policías más veteranos que tienen el poso y la sabiduría necesaria para
enseñar y modelar el ímpetu de la juventud. Ese valor humano, tan importante en
cualquier organización, en la Comisaría del Distrito de Centro alcanza cotas muy
elevadas. Sus casi 700 hombres y mujeres, con 350 en la Sección de Seguridad
Ciudadana, la hacen cada día mejor.
El excelente ambiente de trabajo entre las diferentes áreas: seguridad ciudadana,
judicial con la ODAC, extranjería, etc. hacen que todos trabajen en una misma
dirección. La posibilidad que sus Policías pasen por todas ellas a lo largo de su estancia
en la Comisaría, alimenta igualmente ese conocimiento profesional que les permite
convertirse en unos privilegiados cuando, por circunstancias diversas, deciden irse de la
Comisaría.
Por todo esto David y Javier han tenido un ayudante inmejorable a lo largo de
los 6 años de trabajo dedicados en esta obra. 6 años, a los que hay que unir los 7 más
que Javier lleva en esta Comisaría, alcanzando los trece años de servicio en Centro. A
pesar de poder haber cambiado de sitio, si él lo hubiera querido, muchas veces.
Sirva este prólogo no solo para reconocer el excelente trabajo que nuestros dos
amigos y compañeros han realizado, sino para dar un grito a favor de las Comisarías de
Distrito cono fuente natural, primaria y absolutamente necesaria para la formación de
los Policías de cualquier escala o categoría. Cuantos Comisarios han pasado por la
Jefatura de esta Casa y cuando han finalizado su mandato al frente de la misma han
dicho en su despedida “no sabéis lo que he aprendido. Después de tantos años de trabajo
he tenido que venir a esta Comisaría para darme cuenta que me quedaban muchas cosas
por aprender”
INTERVENCIÓN POLICIAL Y REFLEJO DOCUMENTAL: EL ATESTADO
Diligencias, Jurisprudencia y Supuestos Prácticos